viernes, marzo 24, 2006

Que le pregunten a Caracortada

Le pusieron Caracortada, pero más que el rostro lo que tenía cortado era el punto y fue desechado por falta de libido. El lince no era tan felino como se le suponía -o quizá es que fuera demasiado pudoroso- y el caso es que tuvieron que buscar a otros de su especie dispuestos a cumplir la impúdica encomienda de aparearse en cautividad, en público vamos. Y lo consiguieron. Garfio y Saliega dieron al mundo los tres primeros linces nacidos en cautividad -Brezina (i), Brezo (c) y Brisa (d)- y se conviertieron en algo así como el Adán y la Eva del lynx pardinus en el paraíso de Doñana. Ahora, Saliega -que tiene una biografía en la edición inglesa de Wikipedia- acaba de dar a luz a dos nuevos cachorros. Y el parto fue visto en directo por televisión. Excelente noticia.
El feliz alumbramiento se antoja un motivo suficiente para confiar en la recuperación del lince ibérico gracias al programa de cría en cautividad que desarrollan el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía. Pero, ¿y después? El objetivo final del programa debe ser la introducción de los nuevos ejemplares en el medio natural y para ello son necesarias ciertas garantías de supervivencia que, vista la crítica situación en la que se halla la especie, parece ser que hoy por hoy no se dan.
Por ello, además de habilitar un corredor natural de tránsito entre Sierra Morena y Doñana, es necesario apostar decididamente por la recuperación del conejo de monte, elemento básico de la dieta del lince ibérico. Y habría que trabajar también, por supuesto, para desterrar las arcaicas mentalidades de esos 'cazadores' que consideran al predador su principal contrincante y de esos políticos-ecologistas que ven en el cazador un potencial destructor del medio natural.
Sería deseable un encuentro entre la administración medioambiental y los cazadores. Abandonar recelos, visiones sesgadas y desconfianzas mutuas y echarse al monte a trabajar juntos y en serio por el lince y el conejo. Al fin y al cabo, más difícil era que dos linces se unieran en cautividad. Si no, que le pregunten a Caracortada.


sábado, marzo 11, 2006

Yo no maté a Bambi

La imagen del cazador español es la peor del último millón de años, o sea desde el Hombre de Atapuerca. Y la culpa es de la manipulación de ciertos ecologistas interesados en acabar con la caza y que saben aprovecharse bien del desconocimiento general que nuestra sociedad urbana tiene del campo y de la cacería. Por eso, han logrado que el cazador sea visto como una suerte de "asesino" que se disfraza de Rambo para matar despiadadamente a animales indefensos. Ahorca los galgos y abandona a los perros en las carreteras cuando dejan de serles útiles al terminar la temporada de caza. Y así, a base de tópicos y falsedades, que tienen su eco en medios de comunicación generalistas en los que raramente hay alguien que sepa de verdad en qué consiste la caza, se ha logrado construir una especie de mundo ideal para los que quieren acabar a toda costa con este deporte. Los anticaza parten con una gran ventaja: están bien organizados y hacen ruido. Contrarrestar la manipulación es tan sencillo como decir la verdad. Y para eso estamos aquí, para gritar a los cuatro vientos que yo, cazador empedernido, no maté a Bambi. Ni lo habría matado nunca.

miércoles, marzo 01, 2006

Trabucazo de Bienvenida

Cierra los ojos e imagínate arriba en el monte, de pie sobre una piedra, la cara levantada y los brazos abiertos. Siente la fuerza del viento sobre tu rostro. Huele a jara y a tomillo. Respira profundamente y toma fuerzas para seguir, el perro por delante, detrás de las perdices. Si sientes algo parecido a la felicidad, bienvenido.