viernes, agosto 18, 2006

Ya está bien, señoría

Ha dicho el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido, en relación a los incendios de Galicia: "Por lo menos, este Gobierno no está de cacería". Les refresco la memoria. Lo dice porque los cazadores españoles tuvimos la mala suerte de que, cuando lo del Prestige, el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, y el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, estuvieran de caza. Qué mala suerte tuvimos los cazadores, decía, de que a Fraga y Álvarez Cascos les vaya ésta en vez de otra afición cualquiera. Deduzco que si a Fraga le hubiera pillado leyendo o a Álvarez Cascos jugando a la petanca, López Garrido habrían dicho ahora: "Por lo menos, este Gobierno no está leyendo" o "Por lo menos este Gobierno no está jugando a la petanca". O no, como dice Rajoy. Y, desgraciadamente, pienso que más bien no. Creo -y no es victimismo- que el portavoz del PSOE se aprovecha de la mala imagen que tiene la cacería en España para demonizarla aún más. ¿O es que pasa algo por estar de caza? ¿Se es menos diligente, menos eficiente, menos inteligente, menos capacitado para la política o más censurable por practicar la caza?
Ya está bien, señoría. En vez de decir que, por lo menos, ustedes no estaban de cacería, diga mejor dónde estaban. Aportaría más y, quién sabe, a lo mejor hasta nos llevaríamos una sorpresa.

sábado, agosto 12, 2006

El puto fuego

Ocurrió una noche de finales de julio de 2004, cuando las llamas devastaban las hectáreas por miles en los términos de El Garrobo y Berrocal. Aquella noche, Javier Rubio, Antonio Salvador y servidor, después de un cierre de edición frenético pendientes del incendio, nos tomábamos unas cervezas en la terraza del bar Tribuna, en pleno barrio de Triana. Del cielo llovían cenizas, pavesas que el fuerte viento del Norte -siempre agradecido en verano- empujaba desde la sierra a la capital. Y sobre nuestra mesa se posó una pavesa mayor que el resto que nos dejó a los tres boquiabiertos: era una hoja de encina perfecta, intacta, con las nervaduras prominentes aún, pero completamente calcinada. Aún así había sido capaz de resistir un largo viaje de casi cien kilómetros empujada por el aire. En ese momento fuimos consciente del nivel de destrucción de aquel incendio. "Puto fuego", murmuró alguno de nosotros. Al día siguiente, los coches amanecieron cubiertos de cenizas.
Ahora, los vecinos del Norte de Madrid están asustados porque huelen a quemado y hay calima en el ambiente. Las llamas están a 500 kilómetros, en Galicia. ¿Cómo será entonces la devastación en los lugares del fuego para que el humo se haga notar tan lejos? El humo, las cenizas, una minúscula hoja de encina calcinada empujada por el viento, nos abren los ojos a la catástrofe, al desastre natural del fuego, con más efectividad que las llamas que vemos por televisión.
El olor del humo y el tacto de las cenizas nos ponen en contacto directo con el infierno y nos hacen exclamar que maldito sea el fuego. Y nos hacen sentir miedo y culpabilidad. Pensemos que -salvo los originados por los rayos de una tormenta seca de verano- los incendios son obra del hombre, y no necesariamente de pirómanos. El rastrojo, la colilla de cigarro, la botella que dejamos abandonada, los papeles, las bolsas de plástico... Sí, por más que nos duela ese olor de la destrucción, la densidad del humo, nosotros somos los culpables del puto fuego. Y que no se repita.

lunes, agosto 07, 2006

La expansión del jabalí

Me cuenta Juan que en Bobadilla (Málaga) se ven jabalíes. Esto lo sospechaba desde el pasado invierno, porque había visto pisadas en una vieja charca, ya seca, que se enfanga cuando llueve. Pero ahora el casero del cortijo no tiene dudas, porque los ha visto bajar de noche al melonar.
Hace tiempo que en las revistas de caza se lee que los cochinos se extienden a un ritmo vertiginoso por toda España, que los hay en sitios donde nunca antes se vieron. Y desde que vengo leyendo esto sospechaba -más bien estaba temiendo- que los jabalíes se extendieran pronto a las zonas en las que cazo la perdiz y el conejo. Y lo temía porque el jabalí -corríjanme si me equivoco, pero es lo que he leído- perjudica a las poblaciones de estas especies de caza menor.
Pues ya tenemos cochinos en Bobadilla y me pregunto cómo habrán llegado. Los había en las sierras de Antequera, que no quedan muy lejos. El presidente de una sociedad de cazadores de Antequera ya me contó hace un par de años que un buen día se vieron sorprendidos por los jabalíes y que desde entonces celebran batidas cada año. Pero desde esas sierras al sitio donde los ha visto el casero hay un buen tirón y muchas carreteras y vías del tren de por medio.
El dato confirma la facilidad con la que estos animales se expanden y una tendencia nueva que va a modificar los hábitos de muchos de nuestros cotos. La duda ahora es saber cuál será el próximo lugar en el que se dejarán ver nuestros jabalíes.

jueves, agosto 03, 2006

Si es que no puede ser...

¡Ay, madre mía! En casa del herrero, cuchillo de palo. Convocamos un concurso para gastarnos 670.000 euros en un portal de internet y vamos y, en el anuncio del BOE, ponemos equivocada la dirección de la web de la Consejería de Medio Ambiente. Tomen nota de la buena los que quieran informarse: http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente
Y al que ha puesto el anuncio, un cartuchazo de sal en el trasero.

Portal del cazador andaluz

Hace por lo menos dos años -por lo menos, insisto- que la consejera de Medio Ambiente de Andalucía, Fuensanta Coves, le escribió a todos los cazadores, entre ellos servidor, para contarnos que pronto podríamos realizar por internet numerosos trámites, especialmente la obtención de la licencia de caza. Hasta hoy, nada. Porque la "ventanilla electrónica" de la web oficial de la Consejería de Medio Ambiente no permite realizar el proceso completo, sino que, después de todo, obliga a los interesados a acudir al banco con un impreso. Vamos, que es más operativo el procedimiento tradicional para obtener licencia en el acto.
El portal del cazador y pescador tardará todavía por lo menos 18 meses en estar operativo. Año y medio. Y eso que el concurso para construirlo se ha sacado por la vía de urgencia.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado miércoles, día 2 de agosto, la resolución de la Dirección General de Gestión del Medio Natural por la que se convoca concurso abierto para poner en marcha este portal. El presupuesto es de 670.000 euros y el plazo de ejecución de 18 meses. Hasta el 4 de septiembre se pueden presentar las ofertas de los candidatos.
Es una buena noticia, después de todo el tiempo. Como siempre es bueno que haya participación, y como cazador y contribuyente me interesa que el portal sea lo mejor posible, aquí va el enlace del BOE en el que está el anuncio:
http://www.boe.es/boe/dias/2006/08/02/pdfs/B08402-08402.pdf
Ánimo. Que concurse mucha gente para que el portal sea muy bueno y nos cueste muy baratito. A ver si lo que sobra nos lo dan para cartuchos, jejeje...

martes, agosto 01, 2006

La Blaqui (I)

La Blaqui se murió de golpe una fría tarde de enero. Mi padre me contó que a las siete y media -a esa hora ya es de noche- se la encontró muerta en la perrera, como dormida, aún caliente pero muerta.
La perra la hallé en internet. Román, de Madrid, puso el anuncio y me dijo que la madre era una setter cruzada con labrador -una garabita fina, vamos- y que el padre era el pointer del vecino, que una tarde se saltó la valla y ya se pueden imaginar. Y pese a todo, cuando me tropezaba a otro en el campo, me decía: "Hombre, Seba, qué braca más bonita te has buscado. Cuando críe quiero uno, ¿eh?". Y yo, de vez en cuando, harto de explicar que no, que el padre es pointer pero que la madre era una garabita fina y tal y tal, acababa respondiendo: "Sí, hombre; braca legítima". Y allá que se iba el amigo soñando con el cachorro que algún día llegaría.
Como era negra, y en homenaje al cocker de una familia irlandesa con la que conviví dos veranos, le puse Blaqui, al castellano modo.
La primera vez que la saqué al campo, en un buen verano de conejos, se me cayeron los palos del sombrajo, como se dice, cuando la perra se echaba al suelo y empezaba a tiritar cada vez que sonaba un tiro. "Esta perra es del Corte Inglés", bromeaba Antonio. Y servidor, que es cabezón de diámetro y profundidad, se empeñó en que la Blaqui fuera cazadora.
El verano siguiente, en una de esas tardes de campeo para coger fuerzas de cara a la media veda, la Blaqui se quedó de piedra y arrancó su primer conejo. El miedo a los tiros se esfumó el primer día de cacería y la Blaqui comenzó a pararlo todo, conejos, liebres, perdices... y a cobrarlo todo. "Vaya con la perra del Corte Inglés", me dijo Antonio sorprendido. "Si vas a que te devuelvan el dinero, los arruinas".

Continuará...

NOTA: La de la foto no es la Blaqui, sino una braca (legítima, jejeje) en tierras de La Colilla (Ávila).



Foto: Blog de Caza